- En 1998 había asesinado a una agente inmobiliaria tras asestarle 17 puñaladas.
- Anteriormente, ya tenía antecedentes por agresión sexual.
Francisco Javier Almeida López de Castro, asesino de una mujer en 1998, condenado a 30 años de prisión y que fue puesto en libertad en tercer grado tras cumplir 22 años de condena.
Ahora, aunque tarde, tenemos claro que jamás debió salir de prisión.
El 17 de agosto concertó una visita con ella a un inmueble. Esta se realizó a las 17.30 horas y posteriormente se concertó otra dos horas más tarde. Finalmente ambos se encontraron a las 20.30 horas y entraron en el domicilio en cuestión juntos, momento en el que Almeida aprovechó para empujar a la víctima, que cayó sobre la cama. Entonces, procedió a dar diversos pinchazos a la mujer, causándole un total de 17 heridas, todas superficiales a excepción de una de ellas que le seccionó las glándulas tiroideas y la tráquea.
Después, el acusado dio la vuelta a la víctima, propinándole dos nuevos cortes y una mordedura en los labios. Pero la cosa no quedó ahí, ya que a continuación le clavó el arma blanca sobre el corazón, algo que le produjo la muerte inmediata.
Como consecuencia de esos hechos fue condenado a veinte años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y a otros 10 por un delito de agresión sexual. También se le ordenó el pago de las costas procesales y de una indemnización de 40 millones de pesetas a la familia de la víctima en concepto de responsabilidad civil.

Antes de esa sentencia, Almeida ya había sido condenado en julio de 1993 por un delito de agresión sexual a una pena de siete años de prisión mayor.