Las detenciones se han producido en varias ciudades, entre ellas Oviedo y Avilés, en colaboración con Europol e Interpol.
La Policía Nacional ha detenido en 26 ciudades españolas, entre ellas Oviedo y Avilés, a 45 personas relacionadas con una organización criminal que se dedicaba a perpetrar estafas a través de internet. Los cabecillas de la banda, que operaban desde la República de Benín, al oeste de África, se valían de ‘mulas’ informáticas a las que enredaban en la trama delictiva con engaños o incluso bajo amenaza de muerte.
Esta operación policial es fruto de las investigaciones que comenzaron en julio de 2019 cuando los Agentes detectaron la existencia de un grupo internacional que creaba portales web fraudulentos, donde ofertaban productos informáticos, electrónicos y de telefonía a un precio inferior al del mercado.
El pago de los productos tenía que realizarse mediante transferencia a cuentas de personas que ejercían como ‘mulas’. Una vez que las víctimas iniciaban la compra, sus datos personales y bancarios quedaban en poder de la organización, que les obligaba a abrir varias cuentas bancarias y a solicitar tarjetas de crédito, que debían enviar a la República de Benín. Dichas cuentas se usaban luego para recibir el dinero de otras compras fraudulentas, convirtiendo así a las propias víctimas en parte implicada del entramado criminal.
En el argot del narcotráfico, se conoce como ‘mula’ a quienes transportan la droga a través de fronteras o aeropuertos. En el mundo digital, se trata de las personas que se utilizan para transferir dinero obtenido ilícitamente. En este caso, las propias víctimas hacían de ‘mulas’ y recibían en sus cuentas cantidades ingentes de dinero procedentes de las estafas que se estaban cometiendo por toda Europa. La banda retiraba el dinero desde Benín mediante las tarjetas de crédito que les habían enviado previamente, dejándoles una comisión por cada trasferencia realizada.
No era su único modus operandi. También ofrecían falsos préstamos online, haciéndose pasar por financieras francesas, con la condición de que se abriese una cuenta corriente, en la que se debían ingresar entre 500 y 1.000 euros en concepto de gastos de gestión y apertura. Tenían también que solicitar una tarjeta de crédito y enviarla a Benín junto con los datos y claves. A partir de ese momento, además de retirar el dinero ingresado, comenzaba la extorsión.
La banda desarticulada llegó a estafar a más de 200 personas en España. La Policía Nacional lleva a cabo las investigaciones en colaboración con Europol e Interpol, al comprobar que esta organización delictiva tiene presencia en varios países europeos. Dichas investigaciones se extienden a Benín para tratar de identificar a los cabecillas.